aprendizajes de vida

Cowy

Llegaste a nuestras vidas igual que te fuiste:

Por Sorpresa.

Tendrías un año y medio cuando una tarde de invierno te plantaste el jardín de nuestra casa recién estrenada.

Te puse un tazón de leche y unas costillas de cerdo que habían sobrado de la barbacoa del día anterior. Venías con hambre porque no dejaste nada.

Lo que al principio pareció ser un encuentro casual, día tras día volvías a nuestro jardín esperando que te calmáramos el hambre y la sed.

Eras desconfiada, apenas te dejabas tocar, te pusimos de nombre Cowy por tu pelo blanco con manchas negras.

Eras una experta en el arte de la caza, nos encontrábamos tus ofrendas día sí día también en forma de ratón o rata piñonera en la puerta de casa.

Tras poco tiempo nos cogimos confianza y gracias a la destreza y pericia de Esther conseguimos con paciencia y aceite sacarte todas las garrapatas que llevabas enganchadas.

También percibimos que estabas preñada.

Un buen día diste a luz, pero no lo hiciste en casa. Todas las mañanas te seguíamos para ver donde refugiabas a tus crías y poder ayudarte con ellas.

Finalmente, después de varias vigilancias y seguimientos descubrimos que tu escondite se encontraba al final de nuestra calle sin salida, en el bosque. Concretamente dentro de una montaña de zarzales de imposible acceso.

A los pocos días del parto nos diste una sorpresa, vimos cómo llegabas a casa con un cachorro entre tus dientes. Una hembra con mirada desafiante y cara de pocos amigos, fue la única que debió  sobrevivir de tu camada.

La llamamos Penny por su parecido a Penélope, la novia de Pepé le Pew.

Pasaron varios años y todo iba estupendamente. Cowy y su cría Penny se habían hecho a nosotras, a la casa y sobre todo al jardín.

Pero un día de invierno, al volver de un viaje Cowy no estaba, la buscamos por todas partes y no la encontramos. Colgamos carteles en nuestra calle e hicimos batidas junto a algunos vecinos amantes de los gatos.

Una de nuestra vecina de la urbanización colindante, un día de batida, nos explicó que conocía a nuestra gata antes de que llegáramos nosotras. 

Nos dijo que era la gata de la cantante Tamara la buena, pero que cuando se mudó a vivir a Castelldefels, no se la llevó.

Nunca sabremos si esa historia es cierta, a no ser que nos lo desvele  Tamara, en cualquier caso de ser cierto nos alegramos que no se la llevase.

Después de una semana de no tener señales de vida de Cowy, angustiadas y preocupadas,  nos cruzamos casualmente con una mujer de pelo blanco y corto que había parado su furgoneta delante de un descampado vallado, situado detrás de la Pava de Gavà. Era voluntaria de una asociación de gatos y traía comida regularmente a una pareja de gatos negros que vivían allí.

Le explicamos lo sucedido y nos recomendó que invocásemos a San Cucufato. Nos quedamos mirándola con los ojos como platos mientras duró la explicación. 

Nos dijo: Si queréis volver  a ver a la gata hacerme caso e invocar a San Cucufato.

No teníamos muchas esperanzas, pero ya habíamos perdido lo que temíamos perder, así que con mucha fe y esperanza le hicimos caso.

Cogimos un pañuelo, le hicimos tres fuertes nudos y recitamos la oración con cada nudo. “San Cucufato San Cucufato los huevos te atamos, hasta que no aparezca Cowy no te los desatamos”

Fue mayúscula la sorpresa cuando esa misma tarde, habiendo oscurecido  salimos al jardín y vimos que la gata estaba allí. 

Después de achucharla y regañarla por desaparecer una semana sin dar explicaciones, desatamos los nudos del pañuelo que apretaban los huevos de San Cucufato y le dimos las gracias al Santo por la rápida eficacia y  efectividad.

De aquella experiencia aprendimos que no puedes poner muros ni vallas para no dejar escapar lo que amas por miedo a perderlo, solo confiar que quiera quedarse y que si se va, desee volver.

Cowy y Penny no estuvieron solas durante los 4 años y 8 meses que vivimos en aquella gran casa de Gavá. Teníamos a un macho alfa lleno de cicatrices de peleas con otros gatos al que llamamos Canela.

A Canela le encantaba tomar el sol en el jardín y no se dejó socializar nunca.

Un día de primavera apareció por el jardín de casa un macho atigrado. Entraba sigilosamente al jardín a comerse el pienso de nuestras  gatas. Era un gato joven que llevaba un collar desparasitario en el cuello.

Pensamos que era de algún vecino, pero al ver que el gato cada vez era más grande y el collar cada vez le apretaba más decidimos quitárselo. Collares pasó a llamarse Richard Parker por el tigre de la peli La vida de Pi.

Richard se encariño muy pronto de nosotras, nos seguía a todas partes y siempre buscaba el calor de la manta y el sofá. Nos sorprendía cuando llegábamos a casa. Lo veíamos saltar el muro, para acercarse caminando  por la acera hasta la misma puerta del coche para recibirnos.

Pasaron los años y llegó el día que nos mudamos de aquella casa. 

Los tres gatos Cowy, Penny y Richard se vinieron con nosotras.

Al principio estábamos preocupadas por su adaptación así como por el  riesgo de fuga. Compramos una gran malla para proteger la salida del garaje al exterior. Pero nunca la llegamos a poner, también usamos feliway para la nueva adaptación.  

Vigilamos atentamente cada vez que salíamos y entrábamos con el coche al garaje para que no se escapasen.

Los únicos amagos de salir a la calle han sido por parte de Richar Parker para recibirnos cuando volvemos de trabajar.

Hará seis meses algo nos empezó a preocupar, Cowy vomitaba diariamente, al principio pensábamos que se purgaba para sacar los pelos que se tragaba, pero la llevamos a nuestra veterinaria Gloria y tras varias pruebas, el diagnóstico fue claro: inflamación intestinal causado  por algún tipo de cáncer. 

Debido a esto le cambiamos la alimentación, la tratamos con cortisona y cerenia para disminuir los vómitos.

Aprendimos mil maneras de camuflar las pastillas para que la gata se las tomase. Al final descubrimos que el paté la Piara tapa Negra y los churus eran mano de santo.

El 19 de septiembre de 2022 vivimos un trágico, angustioso e incierto  acontecimiento que paso a relatar de manera telegráfica

Las 66 horas sin Cowy.

  • 06:00 horas 19/09/2022 Cowy se escapa de casa por la puerta del garaje al llegar de trabajar y sin que ninguna de las dos nos diéramos cuenta.
  • 19:30 horas 19/09/2022 Somos conscientes que la gata no está en casa. Salimos en su búsqueda con resultado negativo.
  • 23:00 horas 19/09/2022 Imprimimos carteles de se busca a Cowy.
  • 06:00 horas 20/09/2022 Salimos a buscarla, colgamos los carteles y alertamos a las protectoras y veterinarios de la zona.
  • 09:00 horas 20/09/2022 Nos llama una vecina diciendo que ha visto a Cowy debajo de un coche a unos 100 metros de casa. No se ha dejado coger, le pone agua. Nos envía foto. Está viva. Salimos en su búsqueda con resultado negativo.
  • 12:00 horas 20/09/2022 No la encontramos, volvemos a casa. Ponemos agua y pienso en la parte exterior de la persiana del garaje.
  • 17:00 horas 20/09/2022  Nos encontramos por la calle a Gloria, nuestra veterinaria nos comenta que los gatos desubicados tienden a quedarse cerca de donde se han perdido. Nos recomienda salir a buscarla de noche, porque de día se esconden.
  • 20:00 horas 20/09/2022  Regresamos a casa, búsqueda infructuosa.
  • 21:30 horas – 06:00  20/09/2022 Salimos a buscarla búsqueda negativa.
  • 15:00 horas 21/09/2022 Nos llama un vecino, nos dice que su nieto  ha visto a Cowy en una plaza cercana a casa, pero que cuando ha ido a cogerla se ha asustado y ha salido corriendo. Salimos a buscarla con resultado negativo.
  • 19:00 horas 21/09/2022 regresamos a casa sin rastro de Cowy. Me viene a la memoria el libro pulgarcito y dejamos un buen rastro de tierra de su arenero en la calle para qué le guíe hasta casa.

Dejo la persiana subida lo justo para que pueda entrar la gata pero no los ladrones. Cerramos la  puerta del garaje al jardín para que Richard y Penny no se escapen.

  • 20:00 horas 21/09/2022  Me acuerdo de San Cucufato y lo invoco.
  • 22:45 21/09/2022  Salimos a buscarla, batida por separado. Yo con Silvia a pie y Esther, por otro lado, en coche.
  • 23:30 horas 21/09/2022 llama la vecina, manifiesta que su hijo la ha visto a unos 300 metros de casa en la carretera nacional al lado del Kebab. Silvia y yo nos dirigimos para allá y avisamos a Esther.
  • 00:10 horas 22/09/2022 Esther ha localizado la gata cruzando un paso de peatones a 500 metros de casa. Me alerta y voy en su búsqueda. Subo al coche junto a Esther y la gata. Vamos para casa.
  • 00:20 horas 22/09/2022 Cowy ya está en casa muy sucia, hambrienta, sedienta y cansada.
  • 00:25 Desatamos los nudos de los huevos de San Cucufato y le damos  las gracias de nuevo por la eficacia y la efectividad.

Al día siguiente llevamos a Cowy al veterinario para que la reconozca, la desparasite e intentamos bañarla. Todo parece estar bien.

Viernes 15:00 horas 13-01- 2023

No sé si es casual, pero empiezo a considerar que puede haber un posible patrón entre las llamadas telefónicas alertando de la muerte de un ser querido y el momento previo a la comida. En este caso estábamos en Oporto a punto de degustar un magret de pato acompañado de una quiche.

9 días antes del día D

Llevamos a Cowy a ver a Gloria su veterinaria. En esta ocasión no la vio muy fina, hacía semanas que había dejado de vomitar pero la excesiva pérdida de peso no hacía presagiar nada bueno y tenía la barriga muy hinchada.

Le puso una inyección de cortisona y nos dijo que la hinchazón de barriga era líquida y no pintaba nada bien.

Le pregunté textualmente si podía salvarla, su respuesta fue que desgraciadamente no podía hacer nada. Seguidamente, le pregunté cuánto tiempo teníamos, Me contestó que no lo podía saber.

Le explicamos que nos íbamos de viaje 4 días y nos dijo que le pondría una inyección de cortisona para aliviar la situación.

No esperábamos que te fueras tan rápido y menos al día siguiente de marcharnos.

La última vez que te vimos viva fue la mañana del día 12 de enero de 2023 a través de las cámaras de vigilancia de casa, estabas  durmiendo en el sofá. Luego ya no te pudimos ver más. Esther tenía un mal presagio pero no me dijo nada. Yo no le di importancia, pensé que estaría fuera tomando el sol.

La llamada de un familiar cuando estábamos a punto de degustar el magret en un restaurante llamado Nabos de Pucara nos dio la triste noticia.

Nos queríamos despedir de ti y verte por última vez, pero tu muerte nos pilló fuera y siendo en fin de semana nuestra vuelta, tu cuerpo ya no iba a estar en buenas condiciones.

Gloria nos dijo que si la queríamos ver por última vez necesitábamos refrigerarla. Así lo hicimos, le dijimos al familiar que venía a casa a darles de comer y que encontró muerta a Cowy en el arenero que la metiera en el congelador. A la espera de nuestro regreso.

Hoy dicen que es el día más triste del año y el que lo dijo no se equivocó.

Esta tarde vendrá Oriol de Tanatori de Mascotes para llevarsela y proceder con la incineración.

Siempre te recordaremos y te querremos tras 9 años de amor incondicional y libre.

Como te vamos a echar de menos jodida.

Hoy tus cenizas junto a tu huella enmarcada en un pequeño cuadro presiden nuestro salón recordándonos cada día tu presencia.

Candela Decadente

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1 month ago