viajes iniciaticos
42º 16′ 17”N 5º 25′ 58”O
Los vientos y las lluvias no solo barrieron la pared oeste del castillo de Alcuetas.
También se llevaron los recuerdos, la memoria y el legado de tiempos pasados.
De pequeño Manuel y su cuadrilla pasaban horas jugando entre los muros de la fortaleza. Imaginaban y reproducían batallas épicas de épocas pasadas.
Conforme iban creciendo, sus estrategias para derrotar al bando enemigo se volvían más efectivas.
Durante la adolescencia, los recovecos del castillo fueron testigos de sus primeros besos. María fue el amor de su vida. Él era un caballero y ella su princesa querida.
Entrado ya en años y muy a su pesar, Manuel tuvo que emigrar para poder trabajar.
Cuál caballero de cruzadas abandonó, la que un día fue su morada y su fortaleza amada.
Con la llegada de la vejez regresó a sus dominios, volviéndose a reencontrar con su hogar y con el castillo medieval.
Manuel se dedicaba a pasear. Las tardes de verano se guarecía de sol y descansaba debajo de la sombra que la torre proyectaba.
El día que la fortaleza se desmoronó, la tristeza y la desazón invadieron su corazón.
Manuel anhela recuperar su castillo para que este no quede en el olvido.
Candela Decadente
/
24 Septiembre 2023