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El tamaño SI que importa

En muchas ocasiones nos empeñamos en negarlo, pero en la vida, el tamaño sí que importa.

Primero 

Juanjo es un pequeño que apenas levanta un metro del suelo, es todo cabeza y aún tiene algunos problemas con el control de su cuerpo, es un niño regordete, eso que las abuelas que pasaron el hambre de una guerra llamaban de buen ver.

Está jugando en el suelo del parque, un ejército de hormigas en hilera llama su atención, gatea y observa que salen de un pequeño agujero en la tierra y en línea recta se dirigen a otro. Para él todo es nuevo, su cerebro es una estantería que se va llenando con experiencias que va clasificando.

Con la palma de la mano aplasta a las hormigas que rompen la formación y empiezan a corretear de un lado a otro sin sentido, presas del pánico. Juanjo se ríe, se sienta y continúa aplastando la ordenada fila para ver la reacción de aquellos diminutos seres.

– ¡Juanjo, qué haces! – grita su abuela con desaprobación mientras le levanta agarrándole por el codo.

– Eso son seres vivos, como tú y como yo, que sienten y sufren,  los estás haciendo daño. Nunca debes reír del dolor de los demás.

El pequeño abrió los ojos ante la reprimenda de su abuela, no estaba acostumbrado a ello, agacha la cabeza colocando el labio superior sobre el inferior, eso siempre funcionaba, pero en esta ocasión lo único que consigue es volver a casa.

Segundo

Jonh Ant tiene un apartamento en el quinto sótano de ciudad hormiguero, es un fiel trabajador para su reina, tal como lo han sido su padre y su abuelo. Con lo que ha conseguido ahorrar se ha comprado un nuevo vehículo con todas las comodidades, seis patas todo terreno, dos sensores delanteros en forma de antena y el frontal a modo de caleidoscopio.

Todos los veranos deja a su pequeño con sus abuelos en Villa Hormiga, un pequeño pueblo cercano a la ciudad y va a visitarlo los fines de semana. 

Esa mañana se levanta tarde, no ha podido dormir por el calor, baja y ve a Little Jonh escuchando como su abuela le cuenta viejas historias de gigantes, terremotos y cataclismos.

– Madre, no meta miedo al crío, eso son cuentos para asustar a incautos, no existen los gigantes. Nuestra civilización, nuestras ciudades son sólidas, se adentran en la tierra para evitar los terremotos y otras catástrofes que castigaron a nuestros antepasados. Estamos en la era de la hormiga, hemos dominado a la naturaleza.

John recibe una llamada de la ciudad, tiene que volver al trabajo, coge su coche y a toda prisa toma la autopista. En un instante se oculta el sol, sólo ve una gran masa que se dirige contra ellos, el impacto es terrible, el suelo tiembla y se abre la tierra.

Decide salir campo a través para salvar su vida, entonces un segundo impacto, la mayoría de vehículos están aplastados, él consigue esquivarlos y poner rumbo por carreteras secundarias hacia Villa Hormiga.

Tercero

Dos hermanos convencen a sus abuelos para que les dejen hacer su primera excursión solos, se encuentran en el Camping Universo. Como todos los años están de vacaciones hasta que sus padres puedan pedir unos días libres en el trabajo y la familia completa se dirige a la playa.

Quieren explorar un parque natural llamado Vía Láctea. Siempre les han prevenido porque esa zona es rica en pequeños ecosistemas protegidos y su destrucción puede acarrear una buena multa.

– Ya sois suficientemente mayores, podéis ir, pero tenéis que tener mucho cuidado de no tocar nada.

Se llevan el almuerzo empaquetado en una bolsa de papel que meten en su mochila y se disponen a explorar. 

Llevan un plano que les indica los caminos seguros habilitados entre los distintos planetas, a Juanito le llama la atención un pequeño sistema que gira alrededor de una estrella, en el mapa pone “Sistema Solar”, cada una de las piedrecitas tiene un color distinto.

– Mira Rafa, hay uno que es azul, es el color preferido de Rosi, seguro que no pasa nada si me llevo esta pequeña piedra.

Rosi es su primera novia, o al menos eso le gustaría a Juan, sus hormonas han empezado a entrar en ebullición y solo piensa en ella, y como aquella piedrecita insignificante puede acercarle a su objetivo, robarle un beso.

– Espera, aquí en el mapa pone que se llama Tierra, no dice mucho más, no debe tener una especial importancia.

Juan coge aquella piedra con fuerza y se la mete en el bolsillo.

– Rafa ¿No has oído nada? como un grito.

– La verdad es que no, te debe haber parecido a ti.

Los hermanos continúan su paseo buscando un sitio donde comer.

Miriam E. Monroy

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12 Agosto 2023