vivir arte a trvés
Duelo a garrotazos
En ocasiones la realidad se empeña en poner el guión a una película de ciencia ficción. Elisa se queda mirando fijamente la pantalla de su móvil hasta que se apaga, entonces lo guarda con cuidado y se sienta en el banco que está en medio de la sala.
Se lleva las manos al rostro, preguntándose si lo que acaba de sufrir es un brote psicótico. Cierra los ojos mientras escudriña en su mente y pone las manos sobre el banco de madera, buscando un anclaje con la realidad.
Los pasos de unos tacones entrando en la sala, hacen que súbitamente abra los ojos y se levante como si estuviera sentada sobre un resorte. Mira cada una de las obras como si fueran una ventana, que al tomar ángulo le permitiera ver el resto del paisaje.
¿Cual elegir para comprobar si todo aquello ha sido una locura?, descarta el Saturno, no le gustaría perder la cabeza de una manera literal. Los aquelarres tienen algo que le atrae pero tampoco le convence.
Se queda mirando el Duelo a Garrotazos, definitivamente esa es la opción adecuada. Espera a que la sala se quede de nuevo vacía, saca el móvil y abre la aplicación de Virtual Prado. Coloca el cuadro en el espacio de escaneo y pulsa ok, de nuevo el flash cegador y al abrir se encuentra dentro del cuadro.
Está situada en frente de los dos hombres, enterrados hasta por encima de la rodilla, intentando golpearse. Los rostros están desencajados por la rabia ¿Cuál es la fuente de tanto odio?¿Por qué dos personas se retan a una muerte a golpes?
A su espalda se oye una multitud, si cierra los ojos podría situarse en cualquier campo de fútbol. Se gira y ve, en un sitio a salvo de miradas indeseadas, a tres hombres. Son gordos, calvos, cara redonda y una nariz hacia arriba que deja ver los agujeros. Dos visten de levita salpicada con medallas, fajín y sombrero de copa, el tercero debe de ser al menos obispo.
Se felicitan y se dan palmadas en el hombro mientras se reparten los billetes de lo que parecen apuestas. En la distancia más que voces, parece que sonaran gruñidos.
Algo más atrás y a ambos lados del “ring” dos grupos de exaltados y ávidos de sangre. Lo que parece un lacayo recoge el dinero entre el gentío.
Elisa ve a una mujer sentada en el suelo, balanceándose y mordiendo su pañuelo, se acerca y se coloca a su lado, entre la muchedumbre resuena su llanto mudo.
¿Los conoces?
El de la derecha es mi marido, va a dejar un hijo huérfano.
Entonces… ¿Por qué lo hace?
La mujer abre los ojos y se queda mirando como si viniera de otro planeta. El primer pensamiento de Elisa es sobre su atuendo, imagina a toda esa multitud corriendo detrás de una mujer con vaqueros y echa mano del móvil, pero cuando mira hacia abajo se encuentra vestida de goyesca. Suelta un suspiro de alivio y continúa con sus preguntas
Soy de fuera y no conozco las costumbres, no pretendía molestar.
Lo hace por honor, nuestro hijo estará orgulloso de su padre, al otro hombre lo conoce desde que eran chicos, eran compañeros de travesuras, pero ya ve usted cómo son las cosas, ya lo dice el amo, no podemos permitir que nos quiten lo que es nuestro.
¿Suyo? Será del amo. A unos metros, otra mujer de rodillas reza, Elisa se acerca y tiene la misma conversación, pero en este caso además del amo, está metido Dios
Aquellos pobres diablos se están moliendo a palos, tienen más odio inoculado en sus venas que fuerzas. Mientras, sus señores se reparten los beneficios del espectáculo, Elisa siente que ya ha visto suficiente y decide salir del cuadro.
Se sienta en el banco, tiene las manos heladas y la sensación de estar mascando toda aquella sangre.
En la sala entra un grupo de amigos, la amistosa charla va elevando el tono hasta casi llegar a las manos al tratar de política: “que si los unos han hecho, que si los otros más, que si unos roban, que si la guerra, que si los muertos, que si el honor, que si Dios…”
Unas lágrimas furtivas empiezan a hacer carreras por las mejillas de Elisa, que saca la libreta de su bolso donde apunta:
“No dejes que el odio te ciegue y no te deje ver a la persona que tienes enfrente”
Miriam E. Monroy
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1 month ago