las escenas del comercial

El golpe

La mejor manera de esconderse es dejarse ver en público, ese ha sido siempre el pensamiento de Rosa. ¿Quién iba a pensar que en esa mesa, en la que tres amigas están desayunando mientras departen jovialmente, se está fraguando un robo?

Les ayuda a pasar inadvertidas esa apariencia de niñas pijas del barrio de Salamanca, todas llenas de mechas y con ropa de primeras firmas. Lo único que desentona es la cantidad de comida sobre la mesa, más parece un brunch que un desayuno.

El contacto interno de Rosa en la casa lleva casi dos meses pasando información sobre la familia: horarios, viajes, incluso han sido capaces de reconstruir el plano de la casa. Es sorprendente lo fácil que puede conseguirse colaboración cuando hay dinero de por medio, sobre todo, cuando están hartos de ver el banquete sin que les permitan participar en el. 

El objetivo es un cuadro perdido de Velazquez que un empresario de la construcción había comprado en el mercado negro. Rosa lo había reconocido al ir a enseñar a la señora de la casa el muestrario de ropa de diseño de su prestigiosa tienda de la milla de oro.

Entre el bullicio del salón del café no destaca la conversación de las jóvenes:

  • Ese tipo de obras deberían de estar expuestas y no en un salón ¡Sobre todo si han sido fruto del expolio!

Rosa siempre había pensado así, desde los tiempos de joven promesa de la facultad de Bellas Artes de la Complutense, después el paro y los años malviviendo entre marchantes y especuladores que no hicieron más que apagar su espíritu.

Una noche, se encontró con Eva en un antro del underground de Lavapiés, también procedía del mundo del arte. Trabajaba en el departamento de documentación de la Biblioteca Nacional y le introdujo en el grupo. Su objetivo es localizar obras perdidas en domicilios de coleccionistas y devolverlas al patrimonio de todos.

Las amigas ultiman los detalles, esta noche será el golpe. Como en cada ocasión al acabar de repasar por última vez el plan repiten su mantra “la suerte favorece a los audaces”.

Miriam E. Monroy

/

1 month ago